dijous, 4 de desembre del 2014

¡Los virus SÍ tienen tratamiento!

Leí que en la serie House, yo no me había fijado, en todos los capítulos el enfermo de turno podía sufrir, entre otras muchas y dispares enfermedades, un lupus. El equivalente en la consulta de Pediatría sería el famoso, inefable e inevitable virus.

Efectivamente, la probabilidad de que un niño enfermo venga a la consulta a vernos y salga con el diagnóstico de infección vírica es muy alta. ¡Hasta la verrugas sucumben a su poder! Pero, qué le vamos a hacer. Es la realidad. Al menos la que conocemos hasta ahora, no digo que dentro de 100 años (ya no estaremos nosotros para arrepentirnos o rectificar), resulte que alguien descubra que los resfriados, bronquitis o las erupciones con fiebre se deben al influjo malévolo de un superordenador tipo Matrix, o a un desequilibrio de las fuerzas internas debido a los madrugones por no llegar tarde al cole...

Hay más de 100 virus conocidos que pueden provocar enfermedad en los niños (hablo de niños porque son nuestro objetivo primordial, pero, adultos, no os sintáis aliviados por eso, también os puede tocar). Si vuestro hijo tuviera la mala pata de contactar con todos en los 10 primeros años de vida, le tocaría una infección cada mes durante 10 años, descansando abril y agosto, por ejemplo. ¿A que ahora no os parecen tantas las 5 infecciones del curso pasado?


Lo que más nos cuesta creer es que no haya tratamiento, ¡en el siglo XXI! ¿está de broma, no?
Bueno, no hay tratamiento farmacológico, pero sí podemos hacer cosas, sencillas sí, pero que se agradecen infinito cuando uno se encuentra mal, niño o adulto. Las medidas que recomendamos son las mismas que podría haber indicado un buen pediatra que os hubiera visitado hace 100 años: mantener confortable al enfermo, ofrecerle líquidos (sin forzar), dejarlo descansar, entretenerlo si se aburre, abrazarlo si lo pasa mal, hacerle la comida que más le apetezca, o decirle en voz baja mientras se acurruca en la cama que tranquilo que esto pasará y que si quiere un poco más de agua.